Te invito a conocerme, te desafio a que me olvides.
Lo único que buscamos todos en la vida, es ver a la persona que queremos cuando abrimos los ojos por la mañana. Yo no busco nada raro, sólo alguien que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas aunque pasemos cinco horas en el teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por muy largo que sea. Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevido. No me importan los regalos, las cenas ni las flores, mientras me demuestre que me quiere, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaria estar siempre. Y si estuvieras aquí, nada me gustaria más que vivir todo contigo. Y que conozcas todas y cada una de mis sonrisas, alguien que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mi, ninguna cosa existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más bonitas del mundo entero aunque tenga la letra fea y sean de dos renglones. Que piense en mí, mucho más de lo que lo acepta, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura. Alguien que me haga reir hasta llorar, y me haga reir cuando no puedo parar de llorar. Que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, aunque sea mentira, que me diga que estoy guapo, aunque no esté del todo despierto, que me diga que doy los mejores besos, aunque haya habido mejores, que me diga que tengo los ojos más bonitos, aunque sean iguales a todos los demás, que le encante mi pelo, aunque siempre esté despeinado, alguien que me haga sentir el chico más afortunado del universo, solo por el hecho de tenerme.
Alejate de mi. Hacelo pronto antes de que te mienta. Tu cielo se hace gris, ya camino bajo la tormenta. Alejate de mi. Escapate, ya no debo verte. Entendé que aunque pida que te vayas, no quiero perderte. La luz ya no alcanza. No quieras caminar sobre el dolor descalzo. Un angel te cuida, y puso en mi boca la verdad para mostrarte la salida. Alejate de mí, amor, yo sé que aun estás a tiempo. No soy quien en verdad parezco y, perdon, no soy quien crees, yo no caí del cielo. Si aun no me lo crees, amor, y querés correr el riesgo, verás que soy realmente bueno en engañar y hacer sufrir y hacer llorar a quien mas quiero. Aléjate de mi. No sabes que no te merezco. Quisiera arrepentirme, ser el mismo y no decirte esto.
Alejate de mi.
Lo único que buscamos todos en la vida, es ver a la persona que queremos cuando abrimos los ojos por la mañana. Yo no busco nada raro, sólo alguien que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas aunque pasemos cinco horas en el teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por muy largo que sea. Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevido. No me importan los regalos, las cenas ni las flores, mientras me demuestre que me quiere, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaria estar siempre. Y si estuvieras aquí, nada me gustaria más que vivir todo contigo. Y que conozcas todas y cada una de mis sonrisas, alguien que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mi, ninguna cosa existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más bonitas del mundo entero aunque tenga la letra fea y sean de dos renglones. Que piense en mí, mucho más de lo que lo acepta, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura. Alguien que me haga reir hasta llorar, y me haga reir cuando no puedo parar de llorar. Que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, aunque sea mentira, que me diga que estoy guapo, aunque no esté del todo despierto, que me diga que doy los mejores besos, aunque haya habido mejores, que me diga que tengo los ojos más bonitos, aunque sean iguales a todos los demás, que le encante mi pelo, aunque siempre esté despeinado, alguien que me haga sentir el chico más afortunado del universo, solo por el hecho de tenerme.
Desde pequeño sentía cómo todo giraba en torno mío, excluyéndome yo mismo de participar en las cosas que los demás hacían, creyendo que debía ausentarme y ser simplemente un observador que juzgara cada movimiento que se producía a mi alrededor.Yo mismo creé un mundo aparte, sólo mío, donde todo lo que existía eran sueños y utopías. Todo y todos los que me rodeaban hacían y pensaban lo que yo deseaba. Aunque la realidad fuese todo lo contrario, no importaba. Si ocurría algo que no cuadraba con mi gran sueño, yo lo rechazaba y lo enterraba. Al enterrarlo creía que desaparecía, pero ahora, con 17 años, descubro que todos esos cadáveres de ideas inservibles y de acontecimientos reales no están muertos ni enterrados, sino vivos y golpeándome el corazón, pidiendo a gritos a mi alma una salida.
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