Si nos hundimos antes de nadar
no soñarán los peces con anzuelos,

si nos rendimos para no llorar
declarará el amor
huelga de celos.

La primavera miente y el verano cruza,
como un tachón, por los cuadernos;

la noche se hará tarde, tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos.

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